Organizador Gráfico acerca de la Argumentación
La argumentación es un tipo de expresión ampliamente usada en la vida cotidiana, así como en muchos otros aspectos profesionales, de manera casi rutinaria. Su objetivo es persuadir hacia una idea, por lo que debe estar muy bien estructura y ser desarrollado cuidadosamente. Por lo tanto, es esencial comprender cómo funciona.
Una herramienta idónea para resumir y sintetizar la información de este tema es el organizador gráfico acerca de la argumentación. Con este recurso, se pueden enfocar los aspectos clave del contenido y priorizar el aprendizaje de los conceptos básicos. Su estilo lo hace más fácil de comprender y recordar, por lo que resulta muy didáctica.
En el organizador puedes incluir información fundamental como el concepto de la argumentación, definiendo la esencia de lo que implica. Además, te permite ahondar en sus características primordiales, ofreciendo una mayor comprensión del tema a través del uso de sencillos términos clave relacionados con la argumentación.
Caracterizado por una serie de rasgos como la subjetividad, la argumentación requiere claridad en los puntos que expone y, a su vez, una función conativa. Pero también exige de un destinatario al que se busca convencer de la confiabilidad del argumento presentado, sea que se trate de un público común o especializado en el tema.
Al argumentar, la postura del auditorio es un factor clave para el estilo del emisor, pues de ahí dependerá la estructura de su argumento. Es ahí donde la función conativa cobra importancia, generando una reacción específica en los oyentes a través de su expresión. Una composición de características que pueden reflejarse en un organizador gráfico.
Dentro del mismo esquema, encajan los tipos de argumentaciones, que se clasifican según el medio empleado para presentar el argumento, el cual puede ser oral o escrito. Tal expresión puede verse comúnmente en los medios de comunicación, que emplean la argumentación oral en medios audiovisuales, mientras que la usa escrita en medios impresos.
El mismo concepto es aplicable en otros campos como la ciencia para, por ejemplo, probar un postulado; o en humanidades, para influir en un jurado durante un juicio; e incluso en la vida diaria al discutir sobre un tema de opinión. Estos ejemplos muestran la presencia de la argumentación en el vivir cotidiano y pueden plasmarse en un organizador gráfico.
Los elementos que componen la argumentación también forman parte del organizador gráfico que explica este tema, dividiéndose en tres subcategorías: tesis, argumento y conclusión. El primer elemento es la idea de la que parte la argumentación y el material que la respalda, dándole base a la expresión oral o escrita.
El argumento es el elemento más complejo, pues se conforma razonamientos lógicos acompañados de pruebas experimentales, así como ejemplos literales o analógicos y, por último, de citas provenientes de figuras de autoridad dentro de la materia.
Todos estos elementos desembocan en la conclusión, es decir, la confirmación o refutación de la idea inicial. Esta secuencia de elementos, que forman la argumentación como tipo de expresión, puede condensarse en un organizador gráfico con múltiples formatos para ajustarse a cualquier objetivo.
